PET, el envase plástico más popular

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Dentro del sector de los envases plásticos, el PET es un caso único al que no parece afectarle la dificultad para exportar, la competencia asiática, el precio de las materias primas y las presiones ecológicas, que son los factores que han afectado a otros sectores.

El fuerte avance tecnológico que acumula el sector desde hace varios años y su excelente posicionamiento en el mercado de las bebidas son la clave para que el PET haya logrado la supervivencia.

Una de las razones por las que probablemente aún no se ha impuesto al 100% este material sobre los polímeros es su alto coste comparativo. El mercado mundial produce alrededor de 32 millones de toneladas de PET al año, de las cuales más del 60% llega al comercio en forma de fibras de poliéster y 13 millones de toneladas están destinadas como materia prima para envases.

El PET se utiliza principalmente en la industria alimentaria para envasar refrescos, agua purificada, aceite comestible, vinagre, aderezos y miel. También se usa para envasar licores, medicamentos, limpiadores líquidos, productos para el aseo personal y agroquímicos.

Las principales ventajas que avalan el uso del PET en la fabricación de envases plásticos son: su resistencia al paso de agentes exteriores, la transparencia, el peso, la resistencia química y la facilidad de reciclado y recuperación.

El PET no sólo está reemplazando al vidrio, sino que también al PVC y otros plásticos con los que todavía se fabrican botellas y envases similares de consistencia sintética. Cada día más usuarios y consumidores se convencen de sus virtudes.

Próximamente, el sector afronta el reto de participar del envasado de leche y, sobre todo, de cerveza, mercados en los que ya se han emprendido algunas aproximaciones.